Presentación

La idea de este libro se ha ido gestando desde hace unos años. Ha pasado un tiempo desde que comenzamos a ponerlo en marcha un tiempo en que ha sido necesario superar duros momentos en los que gracias a la firme convicción de saber que hacíamos lo correcto nos fue inyectando dosis extra de la energía y el optimismo necesario para poder llevarlo a término.
Elegimos como vehículo el libro porque la cultura fue una de las más importantes reivindicaciones de la época en que vivieron los hombres y mujeres cuya memoria aquí pretendemos recuperar y homenajear. La lectura es una excelente herramienta a la hora de transmitir al lector un amplio abanico de vivencias, acontecimientos, ideas y sentimientos etc.
Hemos tenido la gran suerte de compartir con muchas personas que se han identificado con nuestro proyecto y que hemos contado con una gran ayuda y solidaridad desinteresada por su parte, lo que muestra una extraordinaria calidad humana. Para nosotros ha sido esta una experiencia extraordinaria y muy emotiva. Los beneficios obtenidos con la venta de ejemplares irán destinados a un fondo de libros y DVD que serán donados a la biblioteca municipal de Uncastillo.
Nos gustaría que a través de este testimonio estas generaciones de jóvenes y otras venideras tengan una idea de la España de la época más ajustada a la realidad.
La pretensión del libro y del proyecto en general es recuperar parte de una memoria que por distintas circunstancias ha permanecido durante mucho tiempo en letargo. Un silencio que dado el tiempo transcurrido desde los hechos luctuosos que dan arranque a esa memoria y los contundentes cambios políticos y sociales acaecidos, ha debido interesar a todos, no derivando por tanto únicamente, como se pretende con demasiada frecuencia, de imperativos políticos dimanados del ejercicio del poder.

martes, 1 de noviembre de 2016

El grumión de la niebla

Ya disponible a través de este blog
El Grumión de la Niebla






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Jesús, si tu nombre sonara Coubertin, al baron de Coubertin, fundador de los juegos Olímpicos Modernos, y en tus libros metieras notas en latín como: “Citius, altius y fortius”. Algún tosco seguidor te pondría en un altar.
Este señor se hizo famoso por plagiar frases en todos sus libros, como las anteriores en latín. Que son de un obispo dominico de 1894 sacadas de un sermón a sus feligreses. Es una invitación a dar lo mejor de uno mismo, que no significa ser el primero necesariamente.
Tú, Jesús, con tu libro de El Grumión, intentas sacar lo mejor de las personas, lo mejor de una sociedad aletargada, golpeada, colapsada y manipulada.
Se nota tu corazón de un escritor social entre las líneas de este libro.
El personaje de Grumión, si en cuenta de llamarse Luis, se llamare James Dean, los hipócritas, superficiales de esta sociedad estarían aplaudiendo tus libros con las orejas.
Gracias Jesús por este libro que retrata un personaje de esta sociedad que pasa las penurias y los errores de un mundo de locos. Que no perdona ni permite a estos marginados recuperarlos para la sociedad.
Gracias por ser auténtico en tu escritura y en tus reflexiones del final del libro.
JPM Septiembre 2016 


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Posiblemente, si no me lo hubiese ofrecido el autor no hubiese leído el Grumión, pero he de reconocer que una vez terminado, tengo la sensación de que este libro dice muchas cosas, que yo no acabo de ordenar o de interpretar; en una palabra no se por donde empezar; reconozco que no estoy muy acostumbrada a leer este tipo de obras. De alguna forma diría que me supera y que me exige cierto trabajo mental al que no estoy muy acostumbrada.
Carmina, octubre 2016-10-14

Yo sólo he pretendido contar una pequeña parte de la historia de Luis, es verdad que he dotado al libro de ciertos pilares fundamentales en la existencia del ser humano ; por este motivo el escenario donde se desarrolla el relato está envuelto de cierto ropaje que el lector entenderá como muy cercanos o de cierta familiaridad. El derecho como forma de convivencia en la sociedad (pues tenemos derechos y obligaciones) es algo sobre lo que los romanos ya legislaron. La información como el mayor enemigo de la desinformación. Sigue existiendo ese debate de que es la cultura, una pregunta que cada uno responde según su criterio; para mí la cultura es conocimiento y el conocimiento siempre nos ayuda a encontrar ese sentido a la vida: esta podría ser mi respuesta. Hablo de la rutina, algo inherente al ser humano, esto me hace recordar ese capítulo maravilloso de la “Odisea” donde Ulises, cuando llega a la isla “Calipso” en la que su reina sale a recibirle y le propone la felicidad que todo el mundo desea: sexo, comida, no envejecer, prácticamente vivir como un Dios, pero, Ulises renuncia y prefiere elegir y descubrir y hacer frente a los designios del día a día de su existencia. Finalmente apelo a los recuerdos: vivimos para acumular experiencias y conocer historias que de alguna manera siempre podemos compartir. Nota; El otro día contemplando la película “Agustina de Aragón”. En una secuencia, la protagonista descubre que su prometido es un traidor afrancesado porque tiene en la mesa ¡un libro de Voltaire! (representante de la ilustración)…
AUTOR
 
COMENTARIO (enviado el 05/12/16)
La mayoría de las veces estamos predispuestos a creer que el presente es el único estado posible de las cosas. El tiempo es nuestro principal desafio, y no solo porque nuestra vida consista desde el principio en una irrebatible y prodigiosa cuenta atrás, sino porque la percepción y el tratamiento del tiempo resulta especialmente difícil para nuestra inteligencia. Uno de los síntomas que, silenciosamente, nos anuncia y acompaña en la madurez es nuestro intento sereno de comprender que estamos hechos de tiempo. Por este motivo es importante comprender que la inteligencia falla cuando trata de fijar la realidad usando marcadores o referencias, porque, la mayoría de las veces este tipo de conceptos rechaza la fluidez de todo cuanto existe. Esto nos obliga a pensar en términos de evolución, que no significa lo mismo que progreso, asumiendo que la vida es movimiento y no solo se dirige hacia adelante, también existen el estancamiento y el retroceso. De ahí la necesidad y la importancia que necesariamente tiene la comunicación, pues supone un intercambio no solo intelectual, sino también emocional: y reprimirlo solo consigue limitar nuestra aproximación a los demás pues me parece indudable que somos capaces de percibir y captar las ondas que otras personas emiten.

¿De qué se trata la vida ¿De qué se trata? El hombre necesita protegerse, y esto ha de ser con el entendimiento, pues lo emocional, que no deja de ser un rasgo humano fundamental, puede obstaculizar la capacidad de reacción racional y con ello la posibilidad de defenderse ante los avatares a que te somete la vida; entender, comprender resulta básico porque, si no estamos condenados a ser ciegos y perdernos muchos aspectos positivos de la vida. Después de terminar el libro necesitaba comprobar que efecto estaba produciendo en Luis, pues tenía gran esperanza en las propiedades terapéuticas del ejercicio de compartir las experiencias de una vida y trasladarla a la literatura. ¿De verdad quiero salvar a Luis? ¿De verdad es posible ayudarle? ¿De verdad pienso que, si la literatura puede ser útil para recuperar a un hombre por muchos errores que haya cometido , he de aceptar que no sirve de nada? ¿Y cuando empecé a pensar en negativo? ¿Cuando empecé a pensar que no bastaba con intentar entender a Luis, que no bastaba con averiguar su pasado? ¿Cuando empecé a decirme que el propósito de todos los libros no es suficiente para este libro y que al final la realidad puede salvar a Luis? ¿Estoy intentando salvarme a mi salvando a Luis?
No lo se. Me pregunto si, a partir de determinado momento, a medida que me sumergía en su historia no me habré convertido sin darme cuenta en una especie de depredador cuyo único fin era derrotar a Luis para obligarle a volver a casa cansado de los brazos ajenos pero vencedor de sí mismo, si sólo habré buscado que recupere la ilusión y se reconcilie con la realidad y se reconozca o se reconozca a sí mismo a fin de que yo pueda convertir este libro en el gran difusor de la historia de Luis, un hombre bueno que un día enloqueció y se sumergió en una vorágine vital y quiso vivir más o mucho más de lo que por edad le correspondía por ello utilizo el engaño a si mismo para conseguir que lo quisieran y lo admiraran y otros objetivos a los demás.

¿Es así? ¿Eso es lo que de verdad me propuse? ¿Y no es un disparate? ¿No es una forma de intentar escribir un libro? ¿ Puede un libro reconciliar a un hombre con la realidad y consigo mismo? ¿Puede la literatura salvar a alguien o es tan importante y tan inútil como todo lo demás y la idea de que un libro puede salvarnos es ridícula y trasnochada? ¿ Quiero yo salvarme a mí salvando a Luis? De acuerdo, todos estos interrogantes resultan ridículos y sólo el hecho de plantearlos debería avergonzarme. Pero no me avergüenza, en absoluto. Porque aquí y ahora, no veo una forma mejor de decir. No, sobre todo, a las limitaciones de la literatura, a su miserable impotencia y su inutilidad; porque,sí; lo pienso: si la literatura sirve para salvar a un hombre, honor a la literatura; si la literatura sólo sirve de adorno (algo que me niego a aceptar) quiero creer que lo imposible se convertiría en posible pues merece la pena intentarlo. También me digo que, a estas alturas, sólo hay una forma de averiguar si se salva Luis, si me salvaré yo, y es terminando de contar la verdad sobre él. O sea terminando de contar su historia. Terminando de escribir este libro.

Es curioso contemplar como las personas entran y salen de tu vida. Mientras escribía la historia de Luis, el se había convertido en alguien importante para mí. Una vez acabado el libro dejó de serlo y salió del círculo de personas cercanas; no por eso había dejado de verle pero sin sentir ninguna ninguna necesidad imperiosa de buscarle y andar detrás de él con la única misión de terminar aquel proyecto que me había comprometido a hacer con su permiso. Es verdad que interiormente me apetecía experimentar y conocer de cerca el poder de la literatura sobre un individuo al que la vida había maltratado. Sin poder reaccionar ante el gran cúmulo de contrariedades que, una tras otra, lo había dejado sin capacidad de reacción. Hoy hace ya casi dos años que terminé el libro y he coincidido con Luis muchas veces; al principio dejamos de hablar de todo lo relacionado con su vida y del propio libro: Teníamos los dos una especie de hartazgo por el estrés y la presión a la que los dos nos habíamos sometido, pero una vez pasados los primeros meses Luis empezó a hablar de las cosas que para él eran importantes: la primera, que había localizado a su primer hijo: vivía en Málaga con un familiar desde los diecisiete años y tenía pareja; ahora se comunican por teléfono una vez a la semana. También había recuperado la paga social de cuatrocientos euros y a su hija la lleva de vez en cuando a ver a su madre cuando la sacan del psiquiátrico alguna temporada en casa de los padres de ella. El seguía atendiendo a su familia de forma diligente. La sensación que tuve al escuchar a Luis fue la de ver a un hombre que empezaba a mirar la vida con cierta esperanza y a aceptar que los problemas no se resuelven solos, que hay que enfrentarse a ellos. Tengo que reconocer que esta actitud del personaje del “Grumión de la niebla” me hizo sentir bien, algo que parecía recíproco. Me pidió que le ayudase a confeccionar su curriculum con la ilusión de tener acceso a entrevistas y la posibilidad de sentirse útil y capaz. Soy un defensor convencido de la reinserción social; creo que a quien ha infringido una norma hay que darle una nueva oportunidad ayudándole en todo lo posible. ----


REFLEXIONES SOBRE “EL GRUMIÓN DE LA NIEBLA”


A veces la vida es muy capaz de sorprendernos con situaciones inesperadas. El temor no se exhibe, la vida nos da lecciones a cada paso, basta con que tengamos la cabeza y el corazón abiertos para recibirlas y aprovecharlas. No es fácil, ni siempre cuestión de tiempo. He oído palabras cuyo valor residía en su moderación y provenían de gente muy joven. Por contra, también he oído otras pronunciadas por personas de mucha más edad que me han producido desazón. Aunque eso sí, lo reconozco, el paso de los años ayuda a un discreto acercamiento a la sabiduría. En todo caso, me consta, no siempre es suficiente con las palabras, es más, tengo la sensación de que se abusa demasiado de ellas. Por eso me resulta válido y aplicable en nuestro devenir individual, pero que no resuelve lo concerniente a lo colectivo ya que siempre hay que dar crédito a las obras y no tanto a las palabras.
Me considero una persona observadora y receptiva hacia las historias de cierto contenido social, es algo que no puedo evitar encuentro cierta belleza en el drama y en esos personajes que pelean contra los malos acontecimientos que les suceden y por los perdedores que se resignan a su suerte.
Por supuesto que no soy el Marcel Proust del barrio ni aspiro a copiar de su obra; eso sí, me seduce su prosa y su defensa existencialista de la vida porque cree que se debe  vivir como se piensa y cree en el arte como instrumento de reflexión, de conocimiento y superación.
Pero no voy hablar de mí, sino del “Grumión de la Niebla”. En el libro narro la historia de Luis, un niño inquieto y travieso que tiene la sensación de que todo es posible, lo que le llevará en un momento de su vida a hacer algo que destruirá su futuro y condicionará la vida de las personas más cercanas.
Hablando metafóricamente: la obra es como un plato cocinado, bien condimentado y listo para saborear y despertar los sentidos y dejándonos con la sensación de que puede haber segundas oportunidades.
Para terminar os diré: que el camino de Giner de los Ríos y la Institución Libre de  Enseñanza, que prioriza la educación, la ciencia y la innovación. Giner defendía que no se perdieron Cuba y Filipinas, en 1988, porque Estados Unidos tuviera mejor Ejército, se perdieron porque tenían mejores ingenieros, mecánicos y estrategas. Producto de la enseñanza.



Jesús, filósofo, sociólogo, psicólogo; espada de alcazaba, flor de sinagoga, vela de sagrario; trasplantado desde la sierra al llano, desde su atalaya de celulosa y grafito, traza lineas de observación en todas las direcciones del barrio ciudadano. Observa, induce, deduce, se apiada del resultado que la genética y el azar han obrado en el supuesto Luis, fruto de marginación, de presidio, de desgracia, que, como una silueta difuminada por la niebla, se arrastra por toda la obra “El Grumión de la Niebla”. Pero no es Luis el protagonista de la breve historia, es Jesús el personaje que el nos revela dolorosamente en cada página de su ensayo literario. (Manuel 8-5-2016)

Amigo Manuel, los que creemos en la libertad de expresión tenemos que apechugar con comentarios que nos cuesta digerir. No voy a polemizar contigo sobre tu forma irónica de dirigirte a mí; sólo me voy a limitar a comentar lo relacionado con el libro. Me hablas de la genética, el destino, la casualidad, el azar y la marginación: pues si es verdad, lo cual no quiere decir que se les deje abandonados a su suerte. Para ello la sociedad se ha dotado de medios, quizás escasos, para tender la mano y paliar en lo posible sus sufrimientos. Cuantas organizaciones sin ánimo de lucro; cuanta gente aportando sus capacidades sin más gratificación que lo meramente emocional.
Por supuesto personajes como Luis necesitan de la medicina, sociología, y psicología, incluso de la filosofía, pues que duda cabe son herramientas que te ayudan a comprender a los demás y a comprenderte a ti mismo como ser humano. Con mis escasas capacidades yo, más que arrastrarme, he peleado por sacar esta historia adelante, algo que queda reflejado en ese espíritu de lucha personal que cree en la democracia como sistema político y que defiende con un mínimo de dignidad la reinserción de estas personas.

Jesús, has conseguido algo que otros muchos libros no han sido capaces de provocar en mi; te lo cuento como anécdota. Fui al taller con la idea de llenar el tiempo hasta la hora de comer, llegué, me puse a leer el Grumión y no lo pude dejar hasta el final estuve cinco horas seguidas atrapado en la historia de Luis. No me considero un pensador, pero si un observador. Tengo esa sensación de lo disperso en mí y también en la sociedad con la imposibilidad de encontrar una referencia, el deseo insatisfecho. (Muñoz 9-5-2016)

Jesús, es difícil para mi gusto superar “Areles” y “Muga”. Ya que a mi me transmitían con intensidad esa parte emocional que hace pasar más desapercibido los errores que puede tener un libro.  El Grumión lo he leído de un tirón y engancha, pero no ha sido lo mismo; las escenas de sexo me han parecido burdas y chabacanas, rayando la pornografía y el “epílogo” me ha resultado muy pesado y sobraba y eso que lo he llegado a leer dos veces.  (Julián 23-5-2016)


Amigo Julián, entiendo el “epílogo” como la parte final de un discurso o de una obra literaria en la que se ofrece un resumen general de su contenido. En cuanto a las partes referentes al sexo solo he buscado credibilidad dentro de una historia real, el deseo en la cárcel y el alivio personal que supone  en momentos de necesidad. En cuanto al comercio carnal la prostituta necesita justificar su precio. Volviendo al epílogo: es una especie de resumen para sintetizar los argumentos y conclusiones.



Jesús, te conozco lo suficiente para saber que eres una persona con inquietudes internas y que necesitas compartir con los demás. La historia de Luis, uno de tantos perdedores paridos por esta sociedad en la que nos toca vivir, es una vida más de las que tanto la prensa, el cine y la propia literatura están trufadas de ellas.
Es, sin embargo, en los capítulos finales (para mi los más interesantes) donde el autor echa el resto y esas  inquietudes a las que antes aludía, afloran incontenibles en pensamientos, preguntas y búsqueda de respuestas.
 Por ejemplo el Epílogo toda una reflexión que invita al lector a participar y formar parte de la narración, es una pirueta un tanto arriesgada que el autor resuelve con elegancia, por lo que al término de la lectura te queda un buen sabor. (Manuel 30-5-2016)

Jesús, una vez más nos muestras en este libro tu capacidad de empatizar con otros seres humanos en dificultades, vemos que las historias te llegan dentro y el hecho de hablar de ellas, de compartirlas con otras gentes, en este caso a través del Grumión de la niebla, resulta reconfortante para ti, ya que es una forma de intentar ayudar de forma modesta en la toma de conciencia de algunas realidades sociales que en la vorágine del día a día de cada cual, tendemos a ignorar. Soterradas pero ahí están. (Teresa 31-5-2016)

Me ha atrapado sobre todo por el equilibrio entre los pensamientos del investigador y los del personaje investigado. Reflexiones llenas de sinceridad, autenticidad y salidas de lo más íntimo de las entrañas por sus dolorosas verdades; de esta forma te impregnan de manera potente los dos personajes del relato, sobre todo del autor lleno de gran sensibilidad hacia lo social mostrando un interés por todo lo que realmente da sentido a la vida. El análisis de la vida de los seres humanos es tan interesante, tan rico, y tan variado, algo que llevamos siglos observando y siempre nos surgen nuevas preguntas y dudas.
En mi opinión podemos aprender de dos formas: desarrollando la conciencia y la comprensión, o por el dolor y el sufrimiento propios. La elección siempre ha sido, es y será personal. (Ramón 1-6-2016)

Un personaje así no se merece un libro, odio a estos individuos, no los soporto, los ignoro totalmente; sólo cuestan dinero a la sociedad y es una pena: dedicar tiempo a ellos es malgastarlo, no se merecen ninguna lástima. Lo siento es lo que me pide el cuerpo. (Francisco 2-6-2016)

Un ser humano siempre merece respeto porque, si no respetas, acabas perdiendo tu dignidad como ser humano. La Democracia es el sistema político que muestra cierto interés por los llamados excluidos. ”El Grumión” busca desarrollar la empatía hacia esas personas.

Jesús, he de felicitarte por el placer que he sentido leyendo el “Grumión” y sobre todo por lo  bien que te deja al final; lo único que he echado en falta es no haber alargado esas pequeñas vivencias que tuvo Luis en su infancia y posteriormente, durante sus dos etapas en el correccional y en la cárcel de Daroca. Me ha dejado un poco con las ganas. (Vicente 28-5-2016)

El Grumión de la niebla está planteado desde un concepto existencialista donde tanto el protagonista como el autor toman sus propias decisiones y se responsabilizan de ellas; las pequeñas historias son eso, pequeños recuerdos que quedan grabados en el almacén sentimental que todos tenemos, vivimos y acumulamos; vivencias que se nos despiertan conforme envejecemos, en principio de forma individualista, algo que también nos lleva a buscar el compromiso colectivo, como evolución dentro de nuestra naturaleza.

Hoy tengo un ratico y te voy a dar mi visión, como siempre muy personal y que no entra en conflicto con otras opiniones, que es una de las cosas mas importantes que tenemos las personas de poder opinar libremente. En el libro describes a Luis, pero hay Marianos, Joses, Eduardos y un sin fin de casos como este que por diferentes motivos y situaciones de la vida han llegado a ese punto de degeneración que el ser humano, tiene la capacidad de caer en los mismos infiernos. Los que tenemos un edad, para ver años atrás, vemos como "El sistema" necesita de las debilidades del ser humano, para "manejar" a las personas.
Para mi nace desde el mismo momento que la sociedad empieza a cuestionar el valor positivo que ha tenido La Familia, como soporte de todas  las sociedades y de donde  emanan todos los valores que al día de hoy están siendo cuestionados (respeto, autoridad, dialogo, comunicación). No hay un carnet de padre o madre, ni un libro que garantice nada, pero si un compromiso de formar hombres para la sociedad en que vivimos. Vemos y en el, libro así se ve, aun en los casos de degradación mas profunda del ser humano, la familia es el único salvavidas al que se agarran todos en su desesperación. Debemos ser conscientes del valor de la familia como transmisora de valores, y los casos de Luis, Joses etc., hay que considerarlos en primer lugar  que son personas, que aunque no sean noticias de primeras páginas de los periódicos, hay gente comprometida que ayuda y colabora en la recuperación haciendo posible en muchoscasossurecuperación. Sacar las realidades dolorosas de la vida cotidiana, no nos gusta, o "no es de mi incumbencia", pero no hay que volver la cara pues en definitiva las vida da muchas vueltas. (Lázaro 9-6-2016)
           Das voz al testimonio de Luis, A su recorrido vital (“Al único, Jesús, al que le he contado mi vida”). Todos venimos de nuestros padres con sus circunstancias  que, inseparablemente, van a condicionar las nuestras en una sociedad globalizada desde la más destructiva motivación: la codicia económica institucionalizada al servicio -aquí y allá- de oligarquías contra las mayorías sociales.
           Lo dices (“nos enfrentamos a dos visiones distintas: la democracia social y la económica. Ha vencido esta última”).
          El testimonio de Luis es simbólico. Millones de personas han pasado y pasan por reformatorios y cárceles, con sus códigos no escritos, en estas, de poder, dominación y violencia.
           Luis, vive en directo la muerte de un compañero de cárcel, la traición de la persona con quien compartía celda, el miedo en sus entrañas, la sufrida adaptación a un medio en el que “paga” pero que no le redime.
           Tu libro transparenta lo que vas conociendo, en diversas etapas, de la realidad de Luis, etapas con inevitables desalientos e interrogantes, superas los desalientos y das respuesta a algunos interrogantes.
           Este tipo de experiencias narradas no se pueden percibir sin el corazón movido y conmovido.
           Y, desde luego, quien no esté abierto al dolor del otro “concreto” en su circunstancia, jamás podrá atisbar siquiera el objetivo de tu libro, para mí plenamente alcanzado: presentarnos a Luis, al que muchos ya no podremos dejar  de querer. _(Miguel 9-6-2016) 

      ES así la lectura: un modo de mostrar la vida , de hacer a los demás participes  del drama de vivir como si fuera propio...Autor




Pensaba que el Grumión de la niebla, era una novela más, luego entendí que contenía  un relato distinto que me leí prácticamente de un tirón y no me costo ningún trabajo terminarlo, ahora bien, por un lado felicitar al autor por su trabajo pues me consta que lo tiene y luego hacer una pequeña crítica sobre la carga de moralina que rezuma en sus páginas. (Carmen 8-6-2016)

Según mis conocimientos, la “moralina” es una moralidad superficial y falsa, algo así como los viejos profetas que atemorizaban a la gente, inculta, con una retórica que infundía miedo y terror. El Grumión no tiene nada de eso, es un trabajo realista, el autor no actúa de una manera falsa o hipócrita; en ningún momento traiciona sus principios y valores.
Me resulta intolerable aceptar que una persona que haya leído el libro, se quede con la sensación de que exista mala fe, que yo no pretenda expresar lo que pienso, sino justificar una actitud o un interés aferrándome a cualquier pretexto...
Escribir es ir descubriendo lo que se quiere decir. Escribir fija sospechas, expone dudas, preguntas, sobresaltos...

Me cuesta leer este tipo de libros donde el autor intenta por todos los medios dignificar la vida de Luis convirtiéndolo en un simple inocente. (Pilar 21-6 2016)



Me ha gustado el personaje de Carmen, una mujer coraje con la que nos identificamos muchas mujeres, un valor que no deberíamos perder nunca. (Rosa 20-6-2016)

He leído a gusto el Grumión; reconozco que es una buena historia, está bien hilvanada, pero, al final la encuentro plana, hecho de menos un personaje que acompañe a Luis, aunque sea de ficción donde el autor pueda jugar para conseguir más realce narrativo. (Fernando 21-6-2016)

Soy un contador de historias reales y modificar esa realidad provocaría en mí la sensación de traición, entiendo tu comentario pero he buscado más que sea el propio lector el que juzgue e interprete esta historia, pues hay suficientes datos para poder hacerlo.

El autor nos muestra su preocupación por la sociedad. Una sociedad que solo reconoce y valora lo que ve, sin cuestionarse si es verdad o mentira; lo que no se ve se oculta, se olvida, se margina.
El autor se pregunta ¿por qué?, y busca en sus escritos recuperar la memoria y la dignidad de las personas que la sociedad olvida y margina.
Un libro para la reflexión. Gracias por ayudarme a pensar. (Javier 22-6- 2016)

Resulta impactante acercarse a la historia de Luis, sabiendo que no se trata de un personaje imaginado, sino de un hombre real. Historia dura y reiteradamente perdedora.
Luis ha ido desgranando sus vivencias para otro que quiso escucharle, y lo hizo a costa de revivirlas con todo el dolor que le suponía, incluso hasta dejar de dolerle.
Una vez tras otra intentó levantarse, solo o buscando ayuda, pero  una parte de su ser se imponía siempre haciendo que no midiese las consecuencias de sus actos, lo que le acarreaba un nuevo desastre. Él, en ocasiones, lo achacaría a la mala suerte, así que no vamos a juzgarle aunque los hechos relatados por él mismo parezcan determinantes.
Jesús ha requerido del tesón necesario para llegar al final, o mejor digamos al tiempo actual, escribiendo y describiendo muy bien lo escuchado, hasta hacernos sentir el grumión que transmite esta desoladora historia.
El libro está escrito con un estilo atractivo, utilizando recursos que ayudan a seguirlo, como la letra cursiva en ocasiones para distinguir tiempos o explicaciones que ayudan a situar el contexto, aunque alguna vez no resulte dicho uso muy preciso.
Jesús no es un escritor, así que no debemos juzgar esta obra como la de un profesional, pero creo que está muy por encima de la media de lo que escribiríamos cualquiera y, en todo caso, bienvenida sea esta historia. (Agustín 25-6-2016)

No conocía el término “grumión” hasta que tú mencionaste el título del libro que acababas de escribir. Unos días más tarde, ya con un ejemplar en mi poder, busqué en balde la palabra, por lo que finalmente no tuve otra opción que preguntarte personalmente por su significado.
No se trataba sólo de mera curiosidad; el título de un libro no es un mero apéndice que pueda extraerse sin afectar al funcionamiento del organismo al que va unido, ni es algo accesorio o puramente accidental. Los padres eligen el nombre de sus hijos cuando éstos todavía no han nacido, pero en el caso de un libro el procedimiento suele ser inverso, sólo al final se decide de forma definitiva, porque es parte fundamental del mismo. Una persona puede ser Antonio, Erik, Diego o Lucía por antecedentes familiares, por homenaje e incluso por seguir una moda o imitar a alguna popular serie de televisión, pero el título de un libro responde a su propia esencia.
Sabido ya el sentido de la palabra, conforme avanzaba en la lectura fui alternando mi propósito: en ocasiones buscaba despejar aquel grumión que, como un velo rugoso y espeso, resistente a la luz, se abatía sobre la personalidad de Luis, ocultándola a todos, incluido tú, mientras que a veces, por el contrario, era tu propio grumión, el del observador y testigo, el del narrador, el que me interesaba desvelar.
La vida de Luis, el protagonista del libro, es la suma de sus decisiones, el conjunto de sus determinaciones; nada distinto, por cierto, de cualquier otra vida. El éxito o el fracaso no dependen del acierto en la elección de aquéllas, porque no existe la decisión acertada, como tampoco la errónea. Al tomar una opción, desechamos el resto, y con ello impedimos la posibilidad de comparar las series de acontecimientos que arrancan potencialmente desde ese momento. Podemos conocer, vivir, la línea temporal elegida, pero el desenlace de todas aquellas que fueron descartadas sólo podrá ser objeto de especulación, no de referencia.


La victoria o la derrota obedecen, pues, no al tino o la fortuna en la elección, sino a la capacidad de la persona para asumir las consecuencias de las decisiones tomadas previamente, a convivir con ellas, a aceptarlas si son irreversibles o a combatirlas en el caso de que sean susceptibles de cambio. En el caso de Luis, te preguntas si quieres salvarle e incluso si la salvación de tu protagonista no es sino un puente hacia tu propia salvación. Pero lo importante para mí no es encontrar la respuesta a esa pregunta, sino el hecho de cuestionarme si esa pregunta es la más adecuada.
 Ahí va las mías: ¿Necesitaba Luis ser salvado? ¿Era mayor el peso de sus fracasos que el de sus éxitos? ¿Estaba en paz consigo mismo y con quiénes le rodeaban? ¿Realmente podemos llegar a considerarlo el objetivo necesario de una misión? Quizá para ti, por la proximidad con la que te has podido conducir, resulten obvias las soluciones a estas interrogantes, pero a mí no me resulta fácil responderlas. Debo confesar que no he conseguido levantar del todo el grumión que le cubre, que no he logrado llegar más allá de percibir su silueta, pero sin lograr obtener una imagen nítida, clara y completa de  nuestro protagonista.
Es posible que ello me haya provocado, ya de entrada, una cierta falta de empatía con nuestro personaje principal, pero lo más importante es que su (para mí) persistente grumión me ha impedido conocerlo, saber cómo piensa en realidad y, por ende, valorar a ciencia cierta la conveniencia, la urgencia o, por el contrario, lo innecesario de la búsqueda de su redención.
Pues bien, convengamos, aunque sea a efectos dialécticos, en que Luis precisaba ayuda para superar su (al menos, aparente) desafección social y su resentimiento, para aceptarse a sí mismo y, a la vez, las secuelas de sus actos y omisiones pasados, en suma, para levantarse de sus derrotas y afrontar el futuro. ¿Ha sido la literatura, tu libro, una herramienta para obtener esa ayuda? En caso afirmativo, ¿ha sido una herramienta imprescindible? ¿Fundamental? ¿Tan sólo útil, o meramente accesoria? ¿Ha podido asumir una doble naturaleza, distinta según nos detengamos en Luis o en ti?
Y una última cuestión y citando tus palabras, “si la literatura sólo sirve de adorno…” ¿deberíamos entender ese escenario peyorativamente y renegar de ella? ¿Dejaría por eso de ser un instrumento valioso?
          No creo que el libro, en sí mismo, haya sido para Luis un instrumento de redención ni un espejo en el que poder verse reflejado, libre de grumión, y revelado a los demás y a sí mismo; no me malinterpretes, pienso que las conversaciones, las confesiones, el relativo acercamiento entre narrador y protagonista sí han podido ser un bastón para Luis, un mecanismo en virtud del cual haya vislumbrado que sólo integrándose en la sociedad puede vivirse en ella; un elemento eficaz para comprender que si bien puede ser imposible revertir los resultados de sus decisiones, es factible convivir con sus secuelas; pero intuyo que lo hubieran sido igualmente y en la misma medida aun sin haber sido trasladadas al papel.
En cambio, para ti, el interlocutor, sí era importante hacer llegar la voz de Luis, sus vivencias, sus experiencias, sus caídas…hasta nosotros, los lectores. Y no sólo eso, también era importante para ti trasladar a los espectadores tu propia observación del sujeto, de su devenir durante el tiempo de gestación del libro y los resultados que pudieras obtener. Y para ello sí era imprescindible la escritura, era tu camino. Esto no hace, por supuesto,  que en mi percepción “El grumión de la niebla” pierda un ápice de su valor.
         Lo que sí supone es, cómo no, una exposición al lector y, por tanto, la asunción de riesgo; el autor puede estar satisfecho del fruto de su trabajo porque considera que ha cumplido su objetivo y eso le conforta. Pero tiene que aceptar, sin que ello comporte rendición alguna, que los observadores externos no compartan sus propósitos o sus aspiraciones, o que no lleguen a interpretarlos acertadamente, o incluso que discrepen acerca de la bondad de aquéllos.
Alcanzada la meta, el autor no puede caer en la ingenuidad de pensar que su fruto resultará sabroso a cualquiera; por contra, deberá admitir que para algunos (o muchos) el plato no haya cuajado. Por supuesto, eso no disminuirá su aflicción, pero deberá estar preparado para combatir el desconsuelo y transformar el abatimiento en entereza, en resistencia.
“El grumión de la niebla” no gustará a todos, el carácter de su protagonista no le hará simpatizar con todos, las (para mí) buenas intenciones del narrador no convencerán a todos, pero nadie debería dudar de la honestidad moral e intelectual de éste. Nadie debería discutir que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad (¿y por qué no a una tercera?), aunque sólo fuera por la prudente previsión de que cualquiera puede necesitarla en el futuro. Y nadie debería juzgar con rudeza o severidad excesiva las intenciones del narrador o su puesta en escena, que para nada pueden calificarse de hipócritas, con independencia de su acierto al expresarlas. Yo no lo haré. No soy quién. (Benito 27-6-2016)

Ante todo felicitarte por tu comentario donde reflejas de forma clara la reflexión que ha producido en ti el Grumión. Decirte que ciertamente, el título lo elegí conforme escribía la obra. Necesitaba una palabra que de alguna forma transmitiera cierta atracción y que fuese un pilar transversal del relato donde los dos personajes, protagonista y autor compartiesen esa metáfora tan atractiva que nos describe la palabra Grumión.
Para enriquecer el contenido del “blog” te diré que en ningún momento quise mostrar agradable al personaje de Luis, no quería cometer el mismo error que Truman Capote en su gran obra a “Sangre Fría”, suceso real de un asesinato pero que, inconscientemente quiso jugar a hacer de la realidad una novela...Yo sólo he pretendido describir a Luis tal como es, un hombre inestable, con pocos recursos dialécticos al que le puede la vida y que necesita ayuda.
Me viene a la memoria Hannah Arendt, famosa por sus trabajos de filosofía existencial donde ella considera ese pensamiento como una forma de libertad, y como no, por su famoso trabajo la “Banalidad del mal”, la responsabilidad personal frente a la responsabilidad colectiva...
El ser humano es un ser que actúa libremente y es responsable de sus actos. Por lo tanto, la culpa recaería sobre unas determinadas personas. Yo rechazaría la idea de una culpa colectiva.
Lo que importa es el fin, y ante hechos consumados abrir el almacén del inconsciente nos lleva a que el personaje recapacite sobre sus actos, una forma de enfrentarse a ellos.
El autor da muestras de ansiedad ante la necesidad de terminar el proyecto una atmósfera que el lector siente, eso sí, una vez terminado el libro, tiene la necesidad de plantear preguntas y busca cierta complicidad con los lectores compartiendo respuestas. Tú mejor que nadie has interpretado las reflexiones posteriores participando y opinando.
Un escritor siempre necesita al lector, pues vive de sus críticas y opiniones y nunca sabe como van a ser entendidas sus palabras. En mi caso solo he buscado compartir un pedazo de vida real.
Según decía Hemingway, un autor debe firmar trabajos donde la realidad, la honestidad y la verdad sean sus señas de identidad y eso es el Grumión.

Entrañable intento del autor en una obra que en muchas ocasiones recuerda a otros autores, que se acercan a la realidad española. Desde la vida de Luis personaje central de la novela y que contiene pasajes potentes e intensos, en especial los relacionados con la estancia en prisión del protagonista (que demuestran un gran estudio del autor de la vida carcelaria).
En resumen una obra que transmite de forma personal, el personalismo mundo del autor. (M. A. Clemente, 9-7-2016)

Jesús, si tu nombre sonara Coubertin, al baron de Coubertin, fundador de los juegos Olímpicos Modernos, y en tus libros metieras notas en latín como: “Citius, altius y fortius”. Algún tosco seguidor te pondría en un altar.
Este señor se hizo famoso por plagiar frases en todos sus libros, como las anteriores en latín. Que son de un obispo dominico de 1894 sacadas de un sermón a sus feligreses. Es una invitación a dar lo mejor de uno mismo, que no significa ser el primero necesariamente.
Tú, Jesús, con tu libro de El Grumión, intentas sacar lo mejor de las personas, lo mejor de una sociedad aletargada, golpeada, colapsada y manipulada.
Se nota tu corazón de un escritor social entre las líneas de este libro.
El personaje de Grumión, si en cuenta de llamarse Luis, se llamare James Dean, los hipócritas, superficiales de esta sociedad estarían aplaudiendo tus libros con las orejas.
Gracias Jesús por este libro que retrata un personaje de esta sociedad que pasa las penurias y los errores de un mundo de locos. Que no perdona ni permite a estos marginados recuperarlos para la sociedad.
Gracias por ser auténtico en tu escritura y en tus reflexiones del final del libro.
JPM Septiembre 2016 


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--Posiblemente, si no me lo hubiese ofrecido el autor no hubiese leído el Grumión, pero he de reconocer que una vez terminado, tengo la sensación de que este libro dice muchas cosas, que yo no acabo de ordenar o de interpretar; en una palabra no se por donde empezar; reconozco que no estoy muy acostumbrada a leer este tipo de obras. De alguna forma diría que me supera y que me exige cierto trabajo mental al que no estoy muy acostumbrada.
Carmina, octubre 2016-10-14


Yo sólo he pretendido contar una pequeña parte de la historia de Luis, es verdad que he dotado al libro de ciertos pilares fundamentales en la existencia del ser humano ; por este motivo el escenario donde se desarrolla el relato está envuelto de cierto ropaje que el lector entenderá como muy cercanos o de cierta familiaridad. El derecho como forma de convivencia en la sociedad (pues tenemos derechos y obligaciones) es algo sobre lo que los romanos ya legislaron. La información como el mayor enemigo de la desinformación. Sigue existiendo ese debate de que es la cultura, una pregunta que cada uno responde según su criterio; para mí la cultura es conocimiento y el conocimiento siempre nos ayuda a encontrar ese sentido a la vida: esta podría ser mi respuesta. Hablo de la rutina, algo inherente al ser humano, esto me hace recordar ese capítulo maravilloso de la “Odisea” donde Ulises, cuando llega a la isla “Calipso” en la que su reina sale a recibirle y le propone la felicidad que todo el mundo desea: sexo, comida, no envejecer, prácticamente vivir como un Dios, pero, Ulises renuncia y prefiere elegir y descubrir y hacer frente a los designios del día a día de su existencia. Finalmente apelo a los recuerdos: vivimos para acumular experiencias y conocer historias que de alguna manera siempre podemos compartir. Nota; El otro día contemplando la película “Agustina de Aragón”. En una secuencia, la protagonista descubre que su prometido es un traidor afrancesado porque tiene en la mesa ¡un libro de Voltaire! (representante de la ilustración)…
AUTOR




LAS CLAVES DE “EL GRUMIÓN DE LA NIEBLA”


El tiempo nos avisa de su cualidad efímera; como la corriente de un río que nos lleva sin remilgos  y por el lecho van quedando huellas y vestigios: Algunas de nuestras evocaciones y compañías llegan con nosotros al final, otras, las que resisten la fuerza del empuje, quedan por el camino.
Las nuevas tecnologías y la tiranía de la velocidad actual de nuestra existencia hacen que los libros sean un objeto de culto. Y sin dejarse llevar por la nostalgia del pasado, recuerdo que durante mucho tiempo de mi vida leer un libro resultaba ser una especie  de exaltación de la vida condensada en letras.
El Grumión nos propone conocimiento, interpretación y muchísima reflexión; ya en sus primeras líneas nos dice que la información es el mayor enemigo de la desinformación, también nos propone que el derecho forma parte de la razón y es ahí donde el hombre se juzga a sí mismo.
La portada del libro es una declaración de intenciones que sitúa al lector ante lo que se va a encontrar en su interior; una parte de la historia que le tocó vivir al personaje de este relato.
El Grumión es la metáfora más potente que contiene esta historia, y que señala varios estados de ánimo de Luis y del autor, que el lector descubrirá sin ningún esfuerzo; su hábitat es la niebla, fenómeno que se manifiesta de forma vaporosa y que reclama su atención.
He querido añadir esos dos lugares que Freud definía como los compartimentos fundamentales que el ser humano utiliza con un fin egoísta y caprichoso según el interés personal de cada uno.
Platón, en la República, explicó con la metáfora del mito de la “Caverna” la diferencia entre el conocimiento sensorial y el racional. Los individuos obligados a mirar al fondo de la caverna pensaban que las sombras eran la realidad.

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Hola, Jesús: No he sido rápido en reaccionar, pero voy disfrutando de los posos que me dejó EL GRUMIÓN, y los remuevo al compartir de nuevo lectura con alumos 'metidos de lleno en la historia'. Se ha 'enganchado' al relato de las andanzas de Luis, en parte por hallarse sacudidos también por ciertas circunstancias que los han llevado ya a tener que agarrarse a segundas oportunidades, o a enfrentarse de cerca a esos nebulosos ambientes en que una decisión o la contraria llevan a suertes tan dispares... La obra me parece el fruto de un extraordinario ejercicio de periodismo de calle; una muestra de que se puede ser generoso con el monedero, con el tiempo libre, con las personas, con la pluma... o el teclado del ordenador. Y la gente necesitamos estímulos, testimonios que nos ayuden a abrir los ojos, que nos hagan sentir cosas a base de agitarnos las entrañas, de exponernos la realidad del marginado -ésa que no queremos ver-. Quizá algún día, cuando el sabio señale la luna dejaremos de mirar el dedo. De puro mirar, quizá algún día veamos... Acompaño a estas letras las cartas que te dirigen chavales de diecisiete, dispuestos a comerse el mundo; algo más conscientes a partir de la vida de Luis, de que los atajos son demasiado peligrosos. Gracias, en fin, por los buenos ratos que nos sigues haciendo pasar; nos sentimos partícipes del relato y de las reflexiones que lo salpican, en torno a la vida de un héroe anónimo. Javier Gallego

Amigo Javier: No te puedes imaginar la alegría que me has dado al mandarme al correo la felicitación por mi obra. Tengo que decirte que como experiencia personal ha sido muy importante para mi, es reconfortante que haya gente que valora este tipo de trabajos. Pero,¿qué quiere decir una persona cuando se empeña en expresar sus pensamientos por escrito? ¿Quiere contar historias? ¿Quiere enseñar? ¿Quiere divertir? ¿Quiere convencer y sacudir conciencias? Seguro que quiere todo eso, pero ¿quiere decir algo más? Cuando escribe, no solo quiere contar una historia o relatar una experiencia. Como suele suceder en la vida, en los momentos reflexivos somos capaces de ver, de comprender que habría sido mejor no hacer o dejar de hacer y decir muchas cosas. Sin embargo, esos momentos de arrepentimiento pasan con rapidez y queda el conjunto (con sus errores e incluso con sus culpas), sin que se pueda cambiar, sin que se pueda obrar en un sentido u otro, la única ganancia es el aprendizaje. Al fin y al cabo solo somos responsables del conjunto, los detalles no importan... Saludo, Jesús

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Estimado Jesus Tirapo García. En referencia a la obra publicada por usted la cual estamos leyendo. Me decido a escribirle con motivo de darle mi enhorabuena y felicitarle por dedicar su tiempo en redactar este libro, y por recoger toda la información necesaria para finalizarlo. Personalmente, me encantaría acabar conociendo tanto a usted como a el protagonista del libro, haciendoles una visita o que vinieran de invitados a nuestro instituto ya que serian bienvenidos con las manos abiertas. Afirmaba un personaje reinsertado en la sociedad, despues de haber estado metido en el mundo de los estupefacientes, que “El dinero que no se suda, es el que mas rapido se va”, frase modelo para todos aquellos que se encuentren en esos momentos de su vida. Finalmente, me parece un libro que deberían leer muchos jóvenes, un gran porcentaje de estos, se mueven por el mundillo el cual presenta en su libro. Tal vez este ejemplar les haría recapacitar un mínimo, y darse cuenta de que seguir por ese camino solo les lleva a un mala vida Un saludo. Jaime Sanz Romero

Amigo Jaime: Cuando inicié este proyecto habría sido mi ilusión conocer como influye la literatura en una persona con las carácteristicas de Luis y te puedo asegurar que mereció la pena compartir la historia con él y comprobar sus efectos terapéuticos. Hoy Luis es un hombre reinsertado: trabaja, cobra 800 € mensuales y cuida de su familia. Ha sabido aprovechar las bondades de la asistencia social; ahora se ha comprado un coche de segunda mano, es un hombre distinto, va limpio, cuida su imagen, se ha areglado la boca y sobre todas las cósas; tiene ganas de vivir, sobre todo por una pequeña personita que es su mayor acicate, su hija. Saludos, Jesús

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Estimado Jesús, Me dirijo a usted para contarle mi opinión personal sobre la lectura “El Grumión de la Niebla”. Personalmente me está pareciendo una lectura que cada día te engancha más, y para mí lo más importante es que el protagonista te llame la atención, y que en ciertas partes de la lectura seas tú el protagonista, es decir, que te sientes identificado con él. Quería decirle que Luisito, me está transmitiendo que es un chico con buen corazón, y pese a los problemas a los que está teniendo, lo bueno es que sabe afrontarlos. Para mí de momento, lo mejor de esta fabulosa lectura es el principio de todo, cuando Luisito está en el reformatorio, porque para ser un sitio tan duro como lo pintan, él sabe divertirse, como haría yo si estuviese en su lugar. Estamos encantados de conocerle a usted y a Luisito, os estaremos esperando con los brazos abiertos los alumnos de 4º Agrupado del I.E.S Valdespartera. Gracias por su atención: Marcos Gracia.

Amigo Marcos: Nuestra falta de experiencia unida a los cambios hormonales que se producen hace que la adolescencia sea una de las etapas más atractivas y dificiles de la vida del ser humano. Cuando uno es adulto la recuerda con ilusión, pero también uno es consciente de la inestabilidad que puede provocar. Es un momento importante tanto en el asentamiento de valores adquiridos en la niñez, como en la adquisición de los nuevos que te va aportando la vida. Luis, era un muchacho que quiso vivir la vida demasiado rápido; antes de madurar y adquirir esos principios empezó a relacionarse con personas que buscaban experimentar situaciones peligrosas; lo que le supuso grandes lagunas tanto en lo personal como en lo académico. Posiblemente la memoria de Luis fue muy selectiva pero a él no le sirvió de nada ir al reformatorio, no consiguió entonces reflexionar de forma madura y perdió sus oportunidades. En cuanto a mi protagonismo, también me enganchó la historia , y luche por sacarla adelante; durante bastantes meses me convertí en la sombra y confidente de Luis. Te diré que cuando empiezó algún proyecto necesito terminarlo. No fue sencillo, pues Luis no es un individuo que en esa época expresase fácilmente. Ahora eso ha cambiado comunica más y está muy centrado y sereno. Saludos, Jesús

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Saludos mi nombre es Fran. Tenía ganas de poder escribirle y expresarle lo maravilloso que ha sido poder leer su libro. Ha sido una buena experiencia porque me he sentido identificado con el protagonista (Luis). Es admirable que nos demuestren personas como usted que cualquier persona puede cumplir su sueño de escribir un fantástico libro como el suyo. Me alegraría poder conocerle y que nos contase como ha sido la experiencia de poder escribir una novela con un testimonio real. Pienso que todas las personas hayan hecho lo que hayan hecho se merecen una 2ª oportunidad, y no se les debe de juzgarles por su pasado y poder confiar en ellos. Me agradaría y le invito a que escriba otra novela con otro testimonio también real. Un placer poder escribirle.  

Amigo Fran: A Luis le fui cogiendo cariño conforme avanzaba el libro. Te aseguro que no fue una relación fácil; el intentó abandonar muchas veces, pero yo, inasequible al desaliento hice que poco a poco me fuera relatando sus dolorosas vivencias. Tengo que reconocer que también yo quede enganchado con su historia vital. En cuanto a la reinserción, yo defiendo las segundas e incluso más oportunidades, ya que hacerte consciente del problema puede llevar su tiempo, y es esa conciencia crítica la herramienta más util para enfrentar esa realidad y superarla. Saludos, Jesús

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Zaragoza, a 14 de Marzo de 2017
Estimado Jesús: Me llamo Andrea Salazar, tengo 17 años y soy una alumna del IES Valdespartera. Actualmente estamos leyendo su libro “El Grumión de la Niebla” y tanto a mí como a mis compañeros nos está gustando mucho. Personalmente este libro me gusta porque habla de la vida real, de hechos que suceden a diario y que para muchas personas es mejor no hablar. Creo que esta historia nos puede hacer reflexionar y hacernos dar cuenta de que es muy importante no tener que perder algo para saber lo que tenemos. Por ejemplo, el simple hecho de tener libertad, o el ver a nuestra familia cada día para un preso más que algo normal es un privilegio. Por otra parte, algo que me llamó la atención fue cuando se juntaba el amor entre Luis y Laura con el mundo de las drogas, ya que me hizo recordar a una persona a la que admiro mucho y ya no está. Me gustaría poder leer más libros suyos, y si se decide a escribir otro, tendrá unos cuantos lectores asegurados. Esperamos poder conocerlo algún día Un saludo

Amiga Andrea: La familia junto con la escuela son instituciones fundamentales en el crecimiento y desarrollo integral de nuestros hijos. Una persona sin familia no es nada, hay que creer en la familia y defenderla, aunque teniendo en cuenta que un hijo es un fin en si mismo, que debemos prepararlo para que tome sus propias decisiones con información y madurez. Los padres tendemos a pensar que son una propiedad nuestra con lo cual sentimos la tentación de fiscalizar sus actos. Eso si, según avanzan en edad y nos maduramos es más fácil ir soltando amarras. Esto pasa en algunas parejas: ese amor posesivo, controlado es algo enfermizo, que, sobre todo en el caso de las mujeres hay que evitar por parte de sus parejas. En cuanto al consumo de drogas parece estar relacionado con la búsqueda de nuevas sensaciones, al principio engañosamente placenteras; pero los paraísos artificiales son efímeros te llevan a la adicción, un mundo que te acaba destruyendo mental, física y emocionalmente provocando un inmenso dolor al que las consume y a los seres cercanos a él. El amor de Luis y Laura, en las circunstancias en que se vivió, no podía funcionar: Laura es destruída por las drogas y pasa bastantes temporadas en el psiquiátrico. Luis, sin su madre, Carmen, que ha fallecido, no hubiese salido de ese mundo nunca . La familia le ha arrastrado a una nueva vida, y que decir de su pequeña, a la que lleva de vez en cuando a ver a su madre. Tengo que decir con gran satisfación que hoy Luis es otra persona distinta que de la época en que empezamos el libro. Saludos, Jesús 

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Estimado Jesús Tirapo García Quería decirle que la historia del Grumión de la Niebla la empezamos a leer en clase y nos está gustando y a la vez emocionando, porque como la historia de Luis es una historia real, es como si atendiéramos más a lo que pasa en la historia. También quería decirle que me gusta mucho la forma que tiene de escribir, porque hace que el lector se meta en el papel de Luis. Por último decirle que esperamos que tenga usted un hueco algún día para venir a visitarnos o ir nosotros a visitarle. Espero que haga más libros y que sean igual o más interesantes que el Grumión de la Niebla. Un saludo del alumno Luis Moreno de 4ºC Agrupado del instituto Valdespartera de Zaragoza.

Amigo Luis: Me gustaría complacerte y poder ir a visitarte a ti y a todos tus compañeros, para hablar largo y tendido de temas que fuesen importantes para vosotros. Yo no es que sea más inteligente que tú, lo que si soy mayor que tú, he vivido más y con gran intensidad, por lo cual he observado los matices de la vida. Los años te aportan experiencia, y recuerda, la información veraz es el mayor enemigo de la desinformación. Saludos, Jesús

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Jesús Tirapo García Nada más y nada menos es un placer escribirle y felicitarle por tal obra que ha creado. A mis compañeros y a mí nos ha “enganchado”, ya que es una historia real, cercana a nosotros con el protagonista real y con los sucesos en la misma ciudad que nosotros. Por eso nos hemos aferrado un poco más. Otra cosa que me gustaría saber es el ¿Por qué? De esta historia, es lo que diría tener “cojones” a meterse en la vida de este hombre y escribir un libro sobre él. Nabil Zourafy 14/03/2017

Amigo Nabil: Yo conocí a Luis de niño, por entonces era muy popular entre sus amigos; era atractivo, con unos grandes ojos azules, era corpulento, un desarrollo físico envidiable. Con el paso del tiempo le perdí la pista y cuando lo volví a ver me impacto, no me lo podía creer: su deterioro físico era tremendo: su aseo dejaba mucho que desear, le faltaban piezas dentales, un¡a pena. Le pregunté que le había pasado y el me empezó a contar; sentí un dolor agudo al ver su vulnerabilidad, su vacio emocional. La soledad no vuelve a nadie mejor, el solitario se vuelve más insociable y rechaza cualquier acercamiento, algo que me lleva a preguntarme porque las personas que más ayuda necesitan son las que con más fuerza la rechazan. Saludo, Jesús

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CONCLUSIÓN Entiendo que como jóvenes os identifiqueís con Luis, ese joven intrépido, aventurero, inocente y vulnerable, pero, por un momento, con vuestro permiso voy a usurpar la figura de vuestro docente, Javier, utilizaré a los clásicos como Séneca; el manejaba una diferente concepción de la mente. Los argumentos, por muy lógicos que sean, pueden escurrirse del frágil dominio de la mente a menos que se fijen en ella mediante imágenes. Precisamos metáforas para hacernos una idea de lo que no puede verse ni tocarse, si no queremos olvidarlo. Utilizaré una metáfora que resulta muy atractiva en base a la distinta mirada de tres artistas que hacen una interpretación sobre la guerra: la rendición de Granada, por Pradilla; la rendición de Breda, por Velazquez; dos pintores académicos que buscan más una composición academicista que visualmente agrade a los ojos del que contempla dichos cuadros. En contraposición tenemos a Goya que utiliza la verdad desnuda en la que nos retrata con grán realismo en su obra “Los fusilamientos de la montaña de Príncipe Pio”entre otras. El terror que percibimos en las víctimas al contemplarlo daña los ojos y el ánimo, porque el miedo también lo sentimos en “La carga de los Mamelucos”. Como vemos dos formas de expresar lo mismo con estilos diferentes, con resultados distintos que provocan distintas apreciaciones. Porque la “verdad” es lo más revolucionario que tenemos. Deciros también que soy padre de familia: tengo 62 años dos hijos y mi mujer Teresa es importantísima para mi, ya que todo lo importante lo compartimos: Quiero que sepais que ella también ha trabajado en este libro hasta su satisfactoria finalización. Quiero deciros que hoy es un día importante para mi, porque de alguna forma hemos conseguído socializar la cultura, y para un viejo socialdemócrata como yo es un gran motivo de alegría. Siempre a vuestra disposición Jesús y Teresa Nota; seguro que vuestro profesor os explica el significado de la metáfora, aunque estoy seguro que dado el nivel de vuestras preguntas lo entendereís, solos perfectamente.