Presentación

La idea de este libro se ha ido gestando desde hace unos años. Ha pasado un tiempo desde que comenzamos a ponerlo en marcha un tiempo en que ha sido necesario superar duros momentos en los que gracias a la firme convicción de saber que hacíamos lo correcto nos fue inyectando dosis extra de la energía y el optimismo necesario para poder llevarlo a término.
Elegimos como vehículo el libro porque la cultura fue una de las más importantes reivindicaciones de la época en que vivieron los hombres y mujeres cuya memoria aquí pretendemos recuperar y homenajear. La lectura es una excelente herramienta a la hora de transmitir al lector un amplio abanico de vivencias, acontecimientos, ideas y sentimientos etc.
Hemos tenido la gran suerte de compartir con muchas personas que se han identificado con nuestro proyecto y que hemos contado con una gran ayuda y solidaridad desinteresada por su parte, lo que muestra una extraordinaria calidad humana. Para nosotros ha sido esta una experiencia extraordinaria y muy emotiva. Los beneficios obtenidos con la venta de ejemplares irán destinados a un fondo de libros y DVD que serán donados a la biblioteca municipal de Uncastillo.
Nos gustaría que a través de este testimonio estas generaciones de jóvenes y otras venideras tengan una idea de la España de la época más ajustada a la realidad.
La pretensión del libro y del proyecto en general es recuperar parte de una memoria que por distintas circunstancias ha permanecido durante mucho tiempo en letargo. Un silencio que dado el tiempo transcurrido desde los hechos luctuosos que dan arranque a esa memoria y los contundentes cambios políticos y sociales acaecidos, ha debido interesar a todos, no derivando por tanto únicamente, como se pretende con demasiada frecuencia, de imperativos políticos dimanados del ejercicio del poder.

martes, 15 de diciembre de 2009

MAFALDA (OPINIÓN)

Mafalda, “solo pretende”entender el mundo, utilizando para ello la inteligencia y el humor. Mafalda es sopa de migas de gtalletas Fontaneda. Tengo 36 años no recuerdo como descubrí Mafalda, pero si que la primera vez que la leí era una adolescente y su lectura iba acompañada de un ritual. Me metía en la cama, encendía la luz de la mesílla, previamente había cogido de la cocina un paquete de galletas Fontaneda y una vez instalada bajo las mantas empezaba a leer a comer (llenando las sabanas de migas) y a reír. Yo como Mafalda, pretendía y aún pretendo entender el mundo.¿Cómo?. Pues como ella, preguntando a los mayores, escuchando conversaciones ajenas (aunque esto no sea un acto de buena educación), observando a los demás e intentando seguir jugando porque la vida no para y todavía no he llegado a comprender de que va todo esto. Así que por el momento. Y grac8ias a Mafalda tengo algunas cosas claras 1ª. A ella no le gusta la sopa, 2ª.A mi me gustan las galletas Fontaneda (aunque sin leche a veces sean un poco difíciles de digerir) y, 3ª. El humor y la risa no arreglarán el mundo pero din ellos esto sería mucho, muchisimo más difícil de entender.

Mariqui (Madrid)

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